Ayudar al prójimo está fuertemente ligado a la
esencia humana. La ciencia y distintas disciplinas han comprobado que esta
actividad beneficia a quien la realiza quizá aún más que a quien recibe la
ayuda. La química de nuestro cerebro, el bienestar emocional y mental mejoran
drásticamente cuando realizamos acciones para ayudar a los demás.
El valor de ayudar a los demás
El valor
de ayudar a otros es inconmensurable en
tanto que nos conecta con Dios y con los sentimientos más nobles del ser
humano. Las acciones para ayudar a los demás nos hacen crecer en
empatía, en amor por el prójimo y en sabiduría. Nos permiten valorar las
bendiciones que se nos han brindado, y reconocer la perfección en los tiempos
de Dios.
Quizá
alguna vez hayas querido ayudar y no funcionó como esperabas. Ayudar a las
personas requiere una conciencia despierta y humilde para escuchar y aprender.
Desde nuestras capacidades y virtudes, con mucho respeto,
realizaremos acciones para ayudar a los demás conforme a ellos lo
necesitan y lo piden. Pues no se trata de satisfacer a nuestro ego, sino de
atender la necesidad de un hermano.
Estas son algunas acciones:
- Apoyo emocional. Brinda tu
tiempo y escucha a alguien que necesite platicar de su experiencia o
problema. Hazlo sin juzgar, sin acaparar la conversación.
- Mira a tu alrededor. Una planta que necesita
agua, un perrito que está perdido, un anciano solitario, un colega
abrumado o una persona en aprietos. Acércate y saluda. Observa si es
oportuno o es mejor retirarse.
- En casa siempre hay acciones para ayudar a los demás. Dedica unas horas a realizar tareas postergadas por otros y que facilitan la vida de todos en tu hogar.
- Tu sonrisa es siempre una
gran ayuda para otros. Busca contagiar entusiasmo y amor a la vida, aun si
es un desconocido, verte sonreír le hará sonreír también.
- Corresponde. Tú también
habrás recibido ayuda en otro momento, nunca olvides a quien te extendió la
mano y permanece atento a alguna necesidad que pueda tener.
- Felicita o reconoce lo bueno
de cada persona. No tienes idea del trabajo que realiza cada persona en
sus actividades, si alguien ha cocinado rico, díselo, si han hecho bien su
trabajo, si lucen bien, si lo has visto realizar un esfuerzo adicional,
reconócelo y dale ánimos.
- Sé amable con todos. Un
gesto, la más mínima acción para ayudar a los demás, todo suma
para un bienestar social que nos beneficia a todos.
- Orar. No necesitas ir a un
templo ni decir de memoria alguna oración. solo entra en tu habitación.
Dios escucha en lo más íntimo de tu corazón. Pide por todos, por las
necesidades de cada persona, incluso las de tus enemigos.
- Identifica
en qué eres tan bueno que lo puedes ofrecer como servicio a la comunidad.
Por ejemplo, enseñar matemáticas, conversar con ancianos, preparar comida,
pasar tiempo con los niños, barrer una calle o limpiar una playa, coser
ropa para los que no tienen, ser voluntario o incluso donar
dinero.
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